Hace ya años que se viene hablando de carreteras con carga inalámbrica, la tecnología clave para poder cargar coches eléctricos en movimiento o incluso en parado. Y sí, esta tecnología lleva mucho tiempo ‘en el laboratorio’, pero es que ya es una realidad. Tanto es así que en Balingen, Alemania, están preparando un tramo de carretera con carga inalámbrica. Un proyecto que está financiado por el Gobierno del país y en el que participan varias empresas especializadas en tecnología. Inicialmente se utilizará bajo pruebas, y con un autobús eléctrico, pero es que el proyecto es de lo más prometedor para los próximos años.
La principal empresa detrás de esto es Electreon, de Israel. Y la tecnología que se va a utilizar en las pruebas en este tramo de carretera con carga inalámbrica la denominan ERS, que viene de ‘Electric Road System’. Según la descripción que dan de esta tecnología, el sistema de carga inalámbrica permite cargar coches eléctricos tanto si están en movimiento como si están en parado. Y esto segundo es tan interesante o incluso más que poder cargar los coches en circulación, porque abre la posibilidad a que los vehículos se carguen en el futuro mientras están estacionados en la calle, tanto por la noche como durante el día. Para ello se utiliza un sistema de bobinas de cobre parecido al que usan los ‘pads’ de carga inalámbrica para teléfonos inteligentes –y otros dispositivos-, debajo de la capa más superficial del pavimento, y otra bobina de cobre bajo el vehículo. Es decir, que para ser compatibles con esta tecnología de carretera, los coches eléctricos también tienen que estar preparados a nivel de hardware.
En el proyecto previsto para la ciudad alemana se van a instalar dos puntos de carga convencionales estáticos, de modo que el autobús tenga garantías de que va a poder cargar su batería lo suficiente en todo momento, incluso si la tecnología de carga inalámbrica no diese los resultados esperados durante las pruebas. Y es que este autobús va a hacer trayectos de ida y vuelta con pasajeros reales, así que tiene que estar perfectamente disponible para el servicio en todo momento.
Están previstas dos fases. En la primera se desplegará un tramo de 400 metros de carretera con las dos estaciones de carga que comentábamos anteriormente; y en la segunda fase se añadirá un tramo adicional de 600 metros para así disponer finalmente de un tramo completo de 1 kilómetro de distancia. Estas tomas de carga se van a ubicar exactamente donde se posicionen las paradas de autobús. Para este plan se han dispuesto más de 3,2 millones de euros. Pero es que no lo van a hacer a ciegas, ni mucho menos, sino que ya hay experiencias positivas en otros países.
Este proyecto habrá que vigilarlo de cerca porque, efectivamente, en caso de que los resultados sean buenos podría ser una tecnología que cambie las ciudades por completo en los próximos años. Está enfocado principalmente a transformar el transporte público. Y este es un punto crítico, porque los autobuses diésel son los responsables de una buena parte de la contaminación que se produce en las ciudades. Pero es que, si funciona de manera adecuada y fiable, es algo que se puede aplicar también al transporte privado adaptando de la manera conveniente los vehículos de particulares.
La carga inalámbrica en carreteras se ha encontrado con grandes dificultades a lo largo de los últimos años, sobre todo, por limitaciones de potencia y por la necesidad de que el emisor y el receptor, que son estas bobinas de cobre del vehículo y el pavimento, estén perfectamente alineados para que se cree el correspondiente campo magnético. Esta empresa israelí parece tener perfectamente dominado este tema, así que la prueba piloto de Alemania nos servirá para ver si realmente es una solución de futuro. Lo que está claro es que esta tecnología ya ha salido del laboratorio y se va a probar en una situación totalmente real.